martes, 13 de septiembre de 2011

13 de Septiembre. Los Niños Héroes



En nuestros tiempos, y nuestra historia, llamamos héroes a quienes se han distinguido por sus hechos extraordinarios y por su grandeza de ser elevados más allá del cumplimiento de su deber; a quienes sacrifican todo cuanto tienen y cuanto valen, al servicio de la Patria. 
Ha sido nuestra Patria  verdadera cuna de héroes.
Para comprender lo que es verdadero heroísmo, es caso admirar en toda su realidad la gesta gloriosa realizada por los "Niños Héroes de Chapultepec". 
Los Cadetes del Colegio Militar de México, que defendieron el Castillo de Chapultepec en 1847, fueron más allá del cumplimiento de su deber.
A la luz del Derecho Internacional, las escuelas militares son consideradas como NO COMBATIENTES. Más aún, algunos de los Cadetes eran apenas unos niños. 
Cuando el ejército americano comandado  por el general Winfield Scott iniciaba el ataque al Castillo de Chapultepec el 13 de Septiembre de l847 el general Monterde, Director del Colegio Militar ordenó a los Cadetes que abandonaran el  Castillo, sede del Colegio, y que se reintegraran al seno de sus familias. Los Cadetes reusaron abandonar su escuela, totalmente conscientes de que su determinación implicaba el  sacrificar sus vidas y, se unieron junto con la muerte que avanzaba, para escribir una de las  páginas más gloriosas de nuestra  historia, tan rica en actos heroicos.  Enfatizar un hecho importante: Aunque solamente mencionemos entre los héroes a los Cadetes que hicieron el gesto magnifico con el sacrificio de sus vidas la verdad es que merecen cabalmente el calificativo de héroes a cuantos estuvieron alli presentes, hayan resultado muertos, heridos o ilesos. Aunque es esta ocasión mencionemos a los mas significativos nombres de aquella batalla en contra del imperialismo yanqui. 
En estas breves líneas mencionaremos con el mismo honor a los héroes vivos, quienes juntos con el Director de la Escuela, general Monterde, cayeron prisioneros: Francisco Molina, Mariano Covarrubias, Bartolomé Díaz, Ignacio Molina, Laurent, Antonio Sierra, Justina Garza, Lorenzo Pérez Castro, Agustín Camarena, Ignacio Ortiz, Esteban Zamora. Manuel Rosas, Ramón Rodríguez Arrangoitia, Carlos Bejarano, Isidro Hernández, Santiago Hernández, Ignacio Burgos, Joaquin Moreno, Ignacio Valle,  Francisco Lazo, Sebastián Trejo, Luis Delgado, Ruperto Pérez de León, Castulo Carcia, Feliciano Contreras, Francisco Morelos, Gabino Montes,  Miguel Miramón. Luciano Becerra, Adolfo Unda, Manuel Díaz,  Francisco Morel, Vicente Herrera, entre otros, a los cuales recordamos su valor y coraje, que los llevo a escribir con letras de oro sus nombres en las paginas de la historia de la Nación Mexicana, que agradecida, los recuerda. 
Nosotros, los mexicanos, cantamos en las estrofas del Himno Nacional:
"Para ti. Las guirnaldas de oliva, un recuerdo para ellos de gloria; un laurel para ti de victoria, un sepulcro para ellos de honor"

15 de septiembre. La independencia de México




La noche del 15 de septiembre del 1810 pasó a la historia como uno de los acontecimientos más significativos para nuestro país, ya que en esa fecha tuvo lugar el “Grito de Independencia”, hecho protagonizado por el Padre de la Patria, don Miguel Hidalgo y Costilla en la población de Dolores, Guanajuato.

Hidalgo, como muchos otros mexicanos, adoptó los ideales independentistas que desde 1809 se extendían por el país a través de grupos liberales. Uno de éstos, el de Querétaro, encabezado por el corregidor Miguel Domínguez y su esposa, Josefa Ortiz, contaba a Hidalgo entre sus integrantes desde el año de 1810. Varios oficiales del Regimiento de Dragones de la Reina, entre ellos Ignacio Allende, Ignacio Aldama y Mariano Abasolo se unirían algún tiempo después a los conspiradores de Querétaro.

Hidalgo se dedicó entonces a reclutar partidarios y a comprar o construir armamento. Sin embargo, a principios de septiembre de 1810, la conspiración de Querétaro fue descubierta por el Gobierno Virreinal.

Allende había llegado a Dolores la noche del 14 de septiembre, pero tanto él como Hidalgo ignoraban las consecuencias de haber sido descubiertos. Para entonces, varios de los conspiradores habían sido aprehendidos, pero dona Josefa Ortiz, durante la noche del 15 envió un mensaje al pueblo de Dolores, avisando a Hidalgo y los demás libertadores sobre el inminente peligro que corrían.

Sin esperas más tiempo, Hidalgo marchó a la cárcel de Dolores y puso en libertad a los presos, a quienes dotó con armas de la policía y el Regimiento de la Reina. Durante la madrugada, Hidalgo tocó la campana de la iglesia para convocar al pueblo y al reunirse la multitud en el atrio de la parroquia, pronunció la histórica arenga y al grito de “Viva la América y mueran los gachupines”, se lanzó a la lucha en pos de la independencia de México.

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